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Una zona en el ADN de las aves explica una gran diferencia en la posible resistencia a enfermedades entre estos animales, según un estudio realizado por la Universidad de Investigación Wageningen -Países Bajos- en colaboración con la empresa Hendrix Genetics.

La investigación ha encontrado que esta región de ADN contiene, entre otros, un sensor importante para activar el sistema inmune, lo que podría explicar por qué algunas aves enferman y otras no. Este descubrimiento permitirá a las organizaciones de cría seleccionar animales con una mayor resistencia general a las enfermedades, que dará como resultado un menor uso de antibióticos y un mayor bienestar.

El foco del descubrimiento, los anticuerpos naturales NAb

En las granjas el contacto entre animales existe, dando pie a que cualquier patógeno se propague con relativa facilidad entre ellos.

Cuando un patógeno alcanza a una ave, sus anticuerpos naturales, que son proteínas presentes en animales enfermos, lo atacan. Pero estos anticuerpos sólo se crean después que el animal se haya infectado con el patógeno. Sin embargo, a parte de estos anticuerpos naturales, que son fruto de una acción-reacción, se ha descubierto que el animal sano sin exposición previa a un patógeno también tiene anticuerpos naturales (NAb). Estos son capaces de inhibir y prevenir más infecciones en el cuerpo, pero también advierten y activan otras partes del sistema inmunológico. De esta manera, los primeros estudios muestran resultados prometedores: niveles más altos de NAb en las aves se asocian con una mayor probabilidad de sobrevivir, y los niveles de NAb son hereditarios y, por lo tanto, pueden verse influidos por la reproducción.

Los primeros resultados muestran una mayor probabilidad de sobrevivir y niveles de NAb hereditarios

Para entender mejor qué parte del ADN contribuye a la variación heredable, los investigadores de la Universidad de Investigación Wageningen y Hendrix Genetics analizaron el genoma completo de más de 1.600 aves. Tom Berghof, investigador principal de este estudio, explica que “han usado la diferencia genética en el genoma completo para identificar regiones de ADN que ocurren con mayor frecuencia en aves con niveles altos de NAb o en aves con bajos niveles de NAb”. Así, una región tuvo un efecto muy grande en el nivel NAb que evidenció más del 60% de la variación genética observada. Dentro de esta región, un gen candidato podría, eventualmente, ser identificado. Berghof detalla que “la región contenía algunos genes, y que es muy difícil identificar la diferencia en el nivel de ADN que explica la diferencia en el nivel NAb. Lo más probable es que esta diferencia se deba al gen Toll-like receptor 1ª (TLR1A), que hace que este sea el principal candidato”.

En el estudio se analizó el genoma completo de más de 1.600 aves

El RLR1A es miembro de la familia TLR, una parte importante del sistema inmune, que reconoce estructuras comunes en patógenos, es decir, puede detectar ciertas características de una bacteria o virus. Por ello, Berghof dice que estos sensores tienen una función muy amplia, ya que en lo seres humanos la mutación genética en los TLR se ha asociado con un aumento o disminución del riesgo de enfermedades y, al parecer, con las aves actúan de la misma manera pero con una nueva asociación con NAb, independiente de la especie, especifica Berghof.

 Aplicaciones y planes para el futuro

Gracias a este estudio se podrán seleccionar aves para aumentar la resistencia a las enfermedades seleccionando esta región de ADN específica. Frans van Sambeek, director de Investigación y Desarrollo de Hendrix Genetics Layers, dice que “actualmente estamos investigando cómo podemos aplicar estos hallazgos de investigación en los programas de reproducción de líneas de pura raza. En este momento, estamos ejecutando tres experimentos de campo con aves con niveles NAb altos o bajos. Estas aves serán monitoreadas para la habitabilidad y la producción «. Además, se prevén planes para investigar el sensor TLR1A. «Tenemos buenas indicaciones de que TLR1A es nuestro candidato», dice Berghof, «sin embargo, esto aún debe ser probado».

Frans van Sambeek: En este momento, estamos ejecutando tres experimentos de campo con aves con niveles NAb altos o bajos

En este momento se está escribiendo una propuesta de investigación para continuar el estudio sobre el papel de TLR1A en el sistema inmune de las aves. A largo plazo, esto podría dar como resultado, por ejemplo, mejores vacunas y nutrición promotoras de la salud. Finalmente, esto debería conducir a tener animales con una mayor resistencia general a las enfermedades, usando en menor medida los antibióticos y, consecuentemente, suponiendo un menor coste para los agricultores y un mayor bienestar de los animales.

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